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  • La poeta Angelina Gatell

ANGELINA GATELL

Silencio

"Pero debo callar y callar tanto…"
Blas de Otero

A Sabina de la Cruz

A veces te bastaba con llegar a mi casa
con aquel ángel fieramente humano en las pupilas.
Traías tu silencio y envuelto en él dejabas
que el tiempo transcurriera
igual que una corriente por los valles,
de la amistad que no precisa
de gestos, ni palabras, ni razones, ni méritos.
Ni siquiera de versos.

El agua,
ejercitada en ser cristal o abeja,
pasaba entre nosotros. Se llevaba la tarde
como una sombra trémula,
navegada
por todo lo no dicho.

Después, dejando el sufrimiento de tus labios
al borde de una copa
o de una taza de café vacía,
nos tendías la mano,
(a mí solías besarme levemente),
y te ibas despacio hacia la puerta
donde mi madre,
salía también a despedirte.

Sólo quedaba, atestiguando tu presencia en mi casa,
un periódico muy leído
y aquella intensidad que eran tus ojos.

Angelina Gatell (*Barcelona, 1926)

De: La oscura voz del cisne
Bartleby Editores 2015 ©

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